jueves, 28 de febrero de 2013


La vocación de san Pacomio
(292/294?-346)
Representante del monacato en Egipto

Es recordado hoy en día como uno de los magnos personajes de los primeros siglos cristianos. Ocupa un lugar entre los grandes monjes contemplativos. <<La atmosfera sobrenatural, para ellos era algo constante>>.

Nació en Sneh, comunidad situada a la orilla izquierda del Nilo, al sur de Tebas. El ambiente en el que creció fue el de una familia campesina, todavía pagana. A la edad de 12 años, y contra su voluntad, fue reclutado por el ejército del emperador Maximiliano, y llevado a Tebas. Lugar donde permaneció preso, junto con un grupo de amigos.

Fue también en esta cárcel donde tuvo su primer contacto con el cristianismo. Gracias a los habitantes de Tebas, quienes le alimentaron a él y a sus amigos. Actitud que cuestiono a Pacomio: “¿Cómo así estos hombres nos tratan tan humanamente si ni siquiera nos conocen?” “El gesto fraterno de estos cristianos, le harán comprender que el cristianismo es en su sustancia amor a Dios que se pone al servicio de los demás”.

Tras su liberación se refugio en la aldea cristiana de Seneset (actualmente Kasr-es-Sayad). Donde después de un catecumenado fue bautizado la noche de Pascua del año 313. Esa misma noche, en una visión Dios lo invitó a ponerse al servicio de los hombres, tal como lo había prometido en su estancia en la cárcel de Tebas. Y durante tres años ayudó a las personas enfermas y dolientes de aquella comunidad.

Después de este servicio, se sintió atraído por la vida anacorética. Y por mediación del obispo Alejandro, se puso bajo la dirección  de un santo anacoreta, que vivía en las inmediaciones de la aldea de Seneset. El nombre del anacoreta era Palamón, y él inició a Pacomio, “en la vida ascética y monástica: ayuno y trabajo manual, oración continúa, lectura y meditación de la Escritura, apertura del corazón y obediencia al anciano”.

Luego de siete años de formación, Pacomio, tuvo otra visión la cual determinó su vocación cenobítica: “Después de haber caminado 10 millas, se detuvo a orar en una aldea abandonada llamada Tabennesi a orillas del Nilo. Cuando una voz del cielo exclamó: Pacomio –le dijo- Pacomio, lucha, párate aquí, construye un monasterio, ya que muchos acudirán a ti, se harán monjes contigo y se sentirán espiritualmente beneficiados.

Al conversar esto con su maestro, este le confirmó que la voluntad del Señor, era que edificará una casa en ese lugar. Luego de superar un periodo de dificultades, a través de un itinerario interior, llegó a realizar su vocación a la Koinonía (vida en comunidad). En los monasterios por él fundados se formaron centenares de monjes.

En el 346 debido a una terrible peste el número de monjes diezmo. Y entre ellos se contaban también al fundador.

Pacomio, falleció el 9 de mayo del 346. Para esa fecha había 9 monasterios masculinos y 2 femeninos. San Pacomio es reconocido como fundador del cenobitismo y como el primero en formar una congregación.

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