lunes, 15 de abril de 2013


La aportación de los monjes a la cultura: su influencia en la educación y la arquitectura como medio de catequización

1.        Introducción

Este trabajo tiene como objetivo rescatar algunas de las aportaciones más representativas que han realizado los monjes en la literatura tanto religiosa, como en la filosófica, además de su manifestación en el arte y en las grandes y bellas construcciones como los monasterios o las Iglesias que se erigieron.

“Todos los historiadores, incluso los más críticos con la Iglesia y sus instituciones, están acordes en resaltar la importancia decisiva de los monjes para la formación y educación de Europa”.

Aunque ha habido quienes no están de acuerdo con esta afirmación, sí nos remontamos a ese periodo podremos descubrir que la contribución que los monjes realizan a la cultura es realmente importante.

“El genial escritor romántico Chateaubriand, queriendo defender a la Iglesia de la acusaciones de oscurantismo propagadas contra ella por los filósofos ilustrados del siglo XVIII, evocaba la labor cultural de los monasterios medievales, calificándolos de fortalezas donde se guareció la cultura”.

2.      Las primeros centros educativos


Los monjes que inicialmente se marginaron de la cultura, poco a poco se convirtieron no sólo en evangelizadores, sino también en maestros y educadores de la Europa medieval.

San Benito, fue uno de los primeros en compaginar a la vida del monje el estudio, pues entendió que las letras no son contrarias a la religión, sino que más bien la favorecen. Así sus seguidores ya no sólo se dedicarán a la contemplación, sino que además de las labores manuales, también se cultivará la inteligencia.
San Basilio, es otro de los grandes personajes en el campo de la cultura, pues fue él, quien fundó la primera escuela monástica, la cual tenía un doble fin: ser centro de cultura, y semillero vocacional.
Los tesoros de la cultura antigua (autores griegos y latinos considerados profanos) no pueden quedar ocultos a los cristianos, pensaba, san Agustín. Él y sus monjes se convirtieron en grandes promotores de la cultura, formando a cristianos capaces de dar razón de su fe, mas no sumergidos en el fango de la ignorancia.

San Jerónimo, no fue sólo uno de los máximos representantes del ascetismo corporal, sino que a esta purificación física, agregó el elemento del estudio. Pues mientras las mortificaciones para el cuerpo eran estrictas, para el intelecto no lo eran, sino que al contrario el estudio era abundante.
Estos primeros monjes, progresivamente pasaron del mero diálogo con la cultura a la creación de cultura, convirtiéndose así muchos de ellos en verdaderas lumbreras.
Pero el hecho de que los monjes se preparan no era por el mero hecho de adquirir conocimientos, ni para discutir en torno a grandes temas frente a otros eruditos, sino que la educación era un medio útil para una mejor vivencia de su fe, para comprender un poco mejor los grandes misterios de Dios y desarrollar mejor su misión evangelizadora. “El hombre no cultiva su inteligencia por el mero placer de su realización personal, sino para comprender la Palabra de Dios”.

3.      Los templos medios de catequización

El término románico, como concepto que define un estilo artístico, lo utilizó Charles de Gerville por primera vez en 1820 considerando con este término todo el arte que se realiza anterior al estilo gótico desde la caída del Imperio romano; y por analogía al término ya conocido de lenguas románicas, el arte románico sucedía al arte antiguo tal y como las lenguas románicas eran las sucesoras del latín.
 
El arte románico fue sobre todo un arte religioso, que reflejaba los valores de la nueva sociedad feudal, que a la vez era guerrera y cristiana.

Características del arte románico:

Este tipo de construcciones tenían como finalidad primordial crear un ambiente adecuado para el devoto a fin de que este encontrará en estos lugares un sobrecogimiento del alma.

El número de analfabetas en este período era alto, la educación era un privilegio; por lo que muy pocas personas sabían leer, frente a esta carencia los templos se convirtieron en un medio de enseñanza, de catequización.

Los templos y los monasterios como: el de St. María de Ripoll, la Anunciada Urueña, son algunas de las construcciones arquitectónicas donde se puede contemplar el arte románico, aunque también se puede apreciar en las murallas y castillos como el de la Puerta de St. Vicente de Ávila.

Los elementos arquitectónicos de las Iglesias tienen siempre un significado religioso:
ü  La planta es de cruz latina y representa a Cristo crucificado.
ü  Los sillares a los fieles cristianos unidos por la caridad.
ü  Los soportes representan  a los apóstoles.
ü  La bóveda representa el cielo.
ü  Predominio del porte macizo, la rigidez, la horizontalidad y la oscuridad interior. 

      Y así la evangelización, la religión ya no estaba restringida a un solo sector, sino que ahora los fieles a través de esculturas que se encontraban en los templos y por las características de los mismos, eran capaces de comprender mejor las enseñanzas religiosas.


4.      Conclusión

      Como podemos ver, los monjes si han colaborado en el desarrollo de la cultura, con la promoción de la educación, creando centros de enseñanza o incorporando a sus monasterios el cultivo del intelecto. Enseñanza que también se amplió a los incultos, pues gracias a las construcciones de las iglesias y sus esculturas  más fieles pudieron acceder al conocimiento y a la comprensión de la fe.