jueves, 7 de marzo de 2013


Monacato Agustiniano

San Agustín, fue colocado como el iniciador de la vida monástica en la Iglesia del África Romana, tras su regreso a Tagaste en el año 388. Pero esto fue puesto en duda, cuando se presentaron datos sobre la presencia de monjes en las comunidades cristianas del África, antes del regreso de san Agustín.
Probablemente en la Iglesia norteafricana el ascetismo preparó el nacimiento del monacato. Tertuliano y Cipriano, en el siglo III dirigieron por el camino de la ascética cristiana a un gran número de fieles.

La Vocación de san Agustín

Nació en Tagaste (hoy Argelia), en el año 354. Es muy recordado el dato que durante su juventud se dejó arrastrar por las pasiones. Sus estudios los realizó en Cartago y desempaño su labor como docente en Tagaste, Milan y Roma. Durante su estancia en Cartago, tuvo un hijo al que nombro, Adeodato. En Milán conoció el cristianismo al cual se convirtió.

La ciudad de Milán, fue para san Agustín, el lugar donde experimentó el deseo de elevarse a una vida moral más pura. La lectura de la vida de san Antonio, escrita por san Atanasio, influyó en su conversión.


En su casa de campo de Casiciaco, surgió en san Agustín el ideal de: la concordia amada en común. Dios y el alma, la interioridad, conocimiento de sí mismo, de Dios y de la misión entre los demás.

Después de su conversión  y antes de su regresó a la África visita un monasterio en Milán. Y en el año 388 conoció otros monasterios romanos, de los que retomó algunos elementos para la fundación de sus monasterios.

Si primera vivencia en comunidad fue la casa paterna, que san Agustín transformó en una especie de monasterio. Y ahí permaneciódurante tres años (388-391), junto con unos amigos con los cuales practicó la oración, el ayuno, el estudio y la enseñanza.

En el año 391 en Hipona, san Agustín fue ordenado sacerdote. Con esta nueva responsabilidad su vida cambio de dirección, pero no cedió en su empeño de ser monje. Valerio obispo de Hipona, le proporciono los medios para que fundara un monasterio junto a la Iglesia catedral de esta ciudad.

La ordenación sacerdotal, modifico en cierto modo la vida monástica que el pretendía en Tagaste. Situación que provoco que su monasterio se transformara en un especie de seminario, del cual salieron varios obispos y presbíteros para las diferentes iglesias del norte de África.
Tras la muerte de Valerio en el 396. San Agustín le sucedió en la silla episcopal de Hipona.

Fuente: Jesús A. Gomez, cmf, Historia de la vida religiosa, Vol. I, Publicaciones Claretianas, España, 1987, pp. 323-331.