miércoles, 29 de mayo de 2013


Vida religiosa del Siglo XV al Vaticano II


A continuación se presenta a manera de esquema, el desarrollo de la vida religiosa en la Iglesia. La vida religiosa ha tenido según la época histórica en la que se ha desenvuelto, una tarea especifica que realizar, y con la que ha contribuido a la difusión del Evangelio; ya sea con la predicación, auxiliando a los enfermos o contribuyendo a la enseñanza, etc. Sin embargo, también se han suscitado conflictos que han llevado a la vida religiosa en detrimento.

Hermanos de la Vida Común



1. Clérigos Regulares

1.1. Los Teatinos

La finalidad que persiguen los Teatinos es restaurar el "clero", que se ha ido deteriorando por diversas causas. "Si por el clero inició el mal, por el clero debe terminar".







1.2. Barnabitas

Fueron fundados por Antonio María Zaccaría son conocidos también como clérigos regulares de San Pablo. Su misión en la Iglesia: colaboración a los obispos, predicación, administración de sacramentos, auxilio espiritual a los clero.



1.3. Somascos

Frente a un contexto de guerras, pobreza y enfermedades, san Jeronimo Emiliani, ve la necesidad de fundar una orden que satisfaga todas estas carencias presentes en un sociedad en crisis no sólo económica, sino también espiritual.



2. La Compañía de Jesús

Fundada por san Ignacio de Loyola en 1540, la Compañía de Jesús es una de las órdenes más influyentes en toda la historia de la Iglesia. 



3. Nuevas Órdenes Religiosas al servicio de los Enfermos

3.1. Hospitalarios de San Juan de Dios

Fundados en 1539. Y bajo la guía del fundador son los primeros en erigir un hospital a costa de limosnas y donaciones; y será es centro donde desarrollarán su apostolado: acogiendo y asistiendo a personas enfermas y necesitadas de todo el mundo.


3.2. Ministros de los Enfermos


4. Órdenes Masculinas de la Enseñanza

4.1. Escolapios


4.2. Trapenses


5. Reformas de la Vida Religiosa

5.1. Concilio de Trento-Reforma Teresiana



6. Sociedades de Vida Apostólica

6.1 Características y Fundaciones


7. Vida Religiosa en el Vaticano II

7.1 Lumen Gentium y Perfectae Caritatis 

"La vida religiosa es uno de los caminos de santificación, para los cristianos".







domingo, 12 de mayo de 2013


Los Franciscanos

Los Franciscanos: Francisco, nacido en Asís (Italia) hacia el año 1181, era hijo de un rico mercader, y en el año 1205 abandona sus sueños de caballería para consagrarse a la Dama Pobreza. Se encuentra con Cristo pobre en un leproso. Cree al principio que Cristo le pide que repare las iglesias, como la de san Damián; pero más tarde comprenderá que Dios le llama a la reforma de la Iglesia, en la que se filtran abusos y modos de vivir que contradicen la santidad de las costumbres y la doctrina de la Iglesia. Después de devolver a su padre todos sus bienes e incluso sus vestidos, pide como limosna la comida y los materiales de construcción. Su vida es la de los ermitaños. Pero en 1208, oye el evangelio en la iglesia de la Porciúncula: “Id, proclamad que está cerca el reino de Dios. No llevéis oro ni plata...”. Con algunos compañeros, va por los caminos proclamando con alegría la buena nueva de la paz. Predica sin ser sacerdote. Se sentía indigno de serlo, y nunca quiso recibir la ordenación sacerdotal.

Su lema es: “paz y bien”. No quiere pronunciar ningún juicio contra los sacerdotes ni contra los demás pastores de la iglesia. Pide tan sólo un espacio de libertad para vivir según el evangelio. El papa Inocencio III aprueba en 1209 el género de vida de los que desean ser “menores”, estar entre los más pobres en la escala social. Se limitarán a una predicación moral, y no tanto doctrinal, como los dominicos. En 1209, Francisco tiene doce compañeros; diez años más tarde son 3.000. En 1212, Clara y sus compañeras siguen el ejemplo de Francisco y así fundan la orden de las Clarisas.

En 1219 Francisco parte hacia los santos lugares y se esfuerza en convencer al sultán de Egipto para que respeten los Santos Lugares. Algunos de sus hermanos desean tener una organización más rigurosa, unos conventos, unas casas de estudio. Aquello le preocupa a Francisco. Aunque el evangelio sea su única regla de vida, ve la necesidad de redactar una regla (1223). Pero continúa con su gozosa predicación.

La Navidad de 1223 la celebra organizando, por primera vez en la historia de la iglesia, un Belén viviente. Al año siguiente queda marcado con las llagas o estigmas de Cristo, pero no pierde la paz y la alegría. Es famoso su Cántico de las Creaturas, en el que canta su amor a la naturaleza, al sol, al agua... y Dios creador de todo. Procura la paz entre los señores locales.

Su testamento de 1226 expresa cierta nostalgia de los comienzos. Fiel a visión sobrenatural de la vida, acoge con serenidad a la “hermana muerte” el 3 de octubre de 1226. Dos años más tarde es canonizado. La orden de hermanos menores tuvo una existencia difícil, pues se dividió por el diverso modo de interpretar la fidelidad a su fundador. A pesar de ello, Francisco siguió siendo el santo más popular de la Edad Media. Es el testigo por excelencia de la vuelta al evangelio, y desconcierta a sus contemporáneos medievales con su imitación radical de Cristo, con su amor a la naturaleza, y con su rechazo de toda riqueza que con frecuencia falsea las relaciones entre los hombres. 


miércoles, 8 de mayo de 2013


Los Dominicos

Los dominicos: es la llamada Orden de los Predicadores, apoyada por el gran papa Inocencio III y aprobada más tarde por Honorio III en 1216. Fue fundada por santo Domingo de Guzmán, nacido en España hacia el año 1170.

Sale al encuentro de los herejes cátaros o valdenses, imitando la pobreza de Cristo pobre y aceptando las controversias dogmáticas con ellos. El obispo de Toulouse (Francia) aprueba en el año 1215 al pequeño grupo de predicadores: “Constituimos como predicadores en nuestra diócesis al hermano Domingo y a sus compañeros, a fin de extirpar la corrupción de la herejía, arrojar los vicios, enseñar la regla de la fe e inculcar sanas costumbres a los hombres”.

Su programa regular es portarse como religiosos, es decir, hacer los tres votos de pobreza, castidad y obediencia; ir a pie, predicar la palabra evangélica, vivir la pobreza de Jesús, alimentándose con lo que les dan. Fin y objeto de la nueva orden era crear un grupo de sacerdotes aptos y altamente preparados para predicar al pueblo la sana doctrina. Dedicaron, pues, los dominicos especial atención al estudio. Tanto descollaron en las ciencias que, en vida del fundador, enseñaban ya en la universidad de París. En esa universidad brillaron de manera especial san Alberto Magno y santo Tomás de Aquino.

La organización de la orden es democrática. Los cargos son electivos y temporales. Tan sólo el maestro general es elegido para toda la vida. No disponen de las rentas de las grandes abadías, sino que obtienen de las limosnas los medios de subsistencia. Se dirigen especialmente a las gentes de la ciudad, a los miembros de las corporaciones y enseñan en las universidades. En 1216 el papa aprueba esta orden, y adoptan la regla de san Agustín. El papa Gregorio IX  les encarga la responsabilidad de la inquisición eclesial. 


miércoles, 1 de mayo de 2013


El Feudalismo y el nacimiento de las Órdenes Mendicantes

Ante una excesiva relajación al interior de la Iglesia, Dios no se olvidó de ella. Al contrario, hizo surgir las órdenes mendicantes. Las cuales buscaron responder a la llamada del evangelio y a las necesidades de su tiempo. Fueron sensibles en particular al desarrollo de la herejía, al movimiento urbano y a la fermentación intelectual.


Las órdenes mendicantes se llamaban así, porque en un tiempo en que los pastores de la iglesia se enriquecen siempre más, los monasterios abundan en tierras y en bienes, y la nueva burguesía de las ciudades se desvive por aumentar sus ganancias, ellos hacen voto de perfecta pobreza. En un tiempo en que se ahonda cada vez más la diferencia entre los grandes señores y el pueblo llano, ellos predican la fraternidad cristiana. Su vida ya no depende de tierras de labranza ni de rentas. Viven de la limosna. Ya no se llaman monjes, sino hermanos. Las principales órdenes mendicantes fueron la de los dominicos y la de los franciscanos.

domingo, 28 de abril de 2013


Canónigos Regulares

Canon: regla gramatical. En el Imperio Romano pasó a significar tributos en especie. Y dentro de la literatura eclesiástica, el canon, son aquellas prescripciones que los miembros de la institución eclesiástica han de seguir, según su estilo de vida.

El canónigo de acuerdo al concilio de la Odisea, realizado en el 535:
        I.            Debe estar en una catedral
      II.            Esta bajo la dirección de su obispo
    III.            Administra las parroquias de los pequeños pueblos
    IV.            Está obligado a participar de las grandes celebraciones en la catedral

Fenómeno de simonía y nicolaísmo en la Iglesia

El período en el que la Iglesia sufrió estas deformaciones es conocido como medioevo, el cual abarca desde el siglo V hasta el VX, la cual también se divide en baja (del V al X) y alta (del XI al XV) edad media.

La simonía, fue designada por el cristianismo como: la compra o venta de lo espiritual por medio de bienes materiales. Incluye cargos eclesiásticos, sacramentos, reliquias, promesas de oración, la gracia, la jurisdicción eclesiástica, la excomunión, etc. El papa Gregorio VII (1020-1085), antes monje cluniacense Hildebrando de Soana, acabó con la venta de cargos eclesiásticos durante la llamada Querella de las Investiduras.[1]

Nicolaísmo, es un término que fue utilizado durante la Edad Media, para designar a los clérigos que, a pesar de los votos de celibato, vivían con mujeres, en matrimonio o concubinato (clerici uxorati Nicolaitae vocantur).[2]

Frente a esta situación que vivía la Iglesia. En el año 763, Crodegango de Metz, escribió para sus canónigos una regla, inspirada en los escritos de, san Agustín; señalando la importancia de la vida en comunidad. Además introdujo la liturgia y los cantos romanos en su diócesis y en la Europa septentrional. Fundó las abadías de Gorze, cerca de Metz, y de Loch, en Renania. Murió en Metz.[3]

León IX, fue quien se encargó de trazar las líneas de la renovación (Reforma Gregoriana) en las cuales exigia:
o   La creación de un clero disciplinado y digno
o   Suprimir la dependencia feudal de sacerdote y obispos, y someterse únicamente al Papa.




lunes, 15 de abril de 2013


La aportación de los monjes a la cultura: su influencia en la educación y la arquitectura como medio de catequización

1.        Introducción

Este trabajo tiene como objetivo rescatar algunas de las aportaciones más representativas que han realizado los monjes en la literatura tanto religiosa, como en la filosófica, además de su manifestación en el arte y en las grandes y bellas construcciones como los monasterios o las Iglesias que se erigieron.

“Todos los historiadores, incluso los más críticos con la Iglesia y sus instituciones, están acordes en resaltar la importancia decisiva de los monjes para la formación y educación de Europa”.

Aunque ha habido quienes no están de acuerdo con esta afirmación, sí nos remontamos a ese periodo podremos descubrir que la contribución que los monjes realizan a la cultura es realmente importante.

“El genial escritor romántico Chateaubriand, queriendo defender a la Iglesia de la acusaciones de oscurantismo propagadas contra ella por los filósofos ilustrados del siglo XVIII, evocaba la labor cultural de los monasterios medievales, calificándolos de fortalezas donde se guareció la cultura”.

2.      Las primeros centros educativos


Los monjes que inicialmente se marginaron de la cultura, poco a poco se convirtieron no sólo en evangelizadores, sino también en maestros y educadores de la Europa medieval.

San Benito, fue uno de los primeros en compaginar a la vida del monje el estudio, pues entendió que las letras no son contrarias a la religión, sino que más bien la favorecen. Así sus seguidores ya no sólo se dedicarán a la contemplación, sino que además de las labores manuales, también se cultivará la inteligencia.
San Basilio, es otro de los grandes personajes en el campo de la cultura, pues fue él, quien fundó la primera escuela monástica, la cual tenía un doble fin: ser centro de cultura, y semillero vocacional.
Los tesoros de la cultura antigua (autores griegos y latinos considerados profanos) no pueden quedar ocultos a los cristianos, pensaba, san Agustín. Él y sus monjes se convirtieron en grandes promotores de la cultura, formando a cristianos capaces de dar razón de su fe, mas no sumergidos en el fango de la ignorancia.

San Jerónimo, no fue sólo uno de los máximos representantes del ascetismo corporal, sino que a esta purificación física, agregó el elemento del estudio. Pues mientras las mortificaciones para el cuerpo eran estrictas, para el intelecto no lo eran, sino que al contrario el estudio era abundante.
Estos primeros monjes, progresivamente pasaron del mero diálogo con la cultura a la creación de cultura, convirtiéndose así muchos de ellos en verdaderas lumbreras.
Pero el hecho de que los monjes se preparan no era por el mero hecho de adquirir conocimientos, ni para discutir en torno a grandes temas frente a otros eruditos, sino que la educación era un medio útil para una mejor vivencia de su fe, para comprender un poco mejor los grandes misterios de Dios y desarrollar mejor su misión evangelizadora. “El hombre no cultiva su inteligencia por el mero placer de su realización personal, sino para comprender la Palabra de Dios”.

3.      Los templos medios de catequización

El término románico, como concepto que define un estilo artístico, lo utilizó Charles de Gerville por primera vez en 1820 considerando con este término todo el arte que se realiza anterior al estilo gótico desde la caída del Imperio romano; y por analogía al término ya conocido de lenguas románicas, el arte románico sucedía al arte antiguo tal y como las lenguas románicas eran las sucesoras del latín.
 
El arte románico fue sobre todo un arte religioso, que reflejaba los valores de la nueva sociedad feudal, que a la vez era guerrera y cristiana.

Características del arte románico:

Este tipo de construcciones tenían como finalidad primordial crear un ambiente adecuado para el devoto a fin de que este encontrará en estos lugares un sobrecogimiento del alma.

El número de analfabetas en este período era alto, la educación era un privilegio; por lo que muy pocas personas sabían leer, frente a esta carencia los templos se convirtieron en un medio de enseñanza, de catequización.

Los templos y los monasterios como: el de St. María de Ripoll, la Anunciada Urueña, son algunas de las construcciones arquitectónicas donde se puede contemplar el arte románico, aunque también se puede apreciar en las murallas y castillos como el de la Puerta de St. Vicente de Ávila.

Los elementos arquitectónicos de las Iglesias tienen siempre un significado religioso:
ü  La planta es de cruz latina y representa a Cristo crucificado.
ü  Los sillares a los fieles cristianos unidos por la caridad.
ü  Los soportes representan  a los apóstoles.
ü  La bóveda representa el cielo.
ü  Predominio del porte macizo, la rigidez, la horizontalidad y la oscuridad interior. 

      Y así la evangelización, la religión ya no estaba restringida a un solo sector, sino que ahora los fieles a través de esculturas que se encontraban en los templos y por las características de los mismos, eran capaces de comprender mejor las enseñanzas religiosas.


4.      Conclusión

      Como podemos ver, los monjes si han colaborado en el desarrollo de la cultura, con la promoción de la educación, creando centros de enseñanza o incorporando a sus monasterios el cultivo del intelecto. Enseñanza que también se amplió a los incultos, pues gracias a las construcciones de las iglesias y sus esculturas  más fieles pudieron acceder al conocimiento y a la comprensión de la fe.









martes, 19 de marzo de 2013


Monasterio de Cluny

El rey Guillermo de Anquitania, (año 911) obsequió a un monje llamado Bernon, unas tierras en la región de Borgoña. EL monje, construyó sobre estos terrenos un monasterio. De donde nació la orden de Cluny. Esta orden, se caracterizó por su autonomía con respecto a cualquier poder laico o eclesiástico; privilegió que obtuvo gracias a la concesión del derecho tributario al Papa.

La  estabilidad de mandato y longevidad de sus superiores: Odilón (994-1049) y Hugo el Grande (1049-1119). Permitió que el siglo XI fuese un tiempo de gran esplendor para la orden de Cluny. La abadía llegó a contar con 400 y 700 monjes. Además, de su presencia en países como: Alemania, Francia, Italia, Gran Bretaña, Península Ibérica, etc., en total llegaron a ser cerca de 10.000 monjes.



Aspectos  organizativos, políticos y religiosos

ü  El Abad no rendía cuentas a los obispos o reyes, sólo al Papa.
ü  Las abadías incorporadas a la orden están bajo el mando del Abad de Cluny.
ü  Clericalización del monacato debido al aumento de sacerdotes en la orden de Cluny.
ü  Son pocas las labores manuales que realizan, están más dedicados al rezo litúrgico y a la celebración coral de la Eucaristía.
ü  Fueron grandes difusores y conservadores de la cultura, gracias a su labor como copistas de manuscritos.

Tiempo de Crisis

La orden de Cluny entró en un proceso de decadencia a partir del siglo XII. Las causas fueron:
v  La excesiva rigidez en los diferentes monasterios.
v  Una progresiva relajación de las costumbres.
v  Integración de nobles sin vocación en los monasterios.
v  Influencia de aspectos eremíticos y ascéticos en los monasterios.
La conjunción de todos estos elementos provocaron que la orden de Cluny, callera.


Fuente: Apuntes de la materia Vida Consagrada.

jueves, 14 de marzo de 2013


San Benito de Nursia

Las fechas en lo referente a su nacimiento y muerte no son del todo seguras. Los datos tentativos es que vivió en la Italia Central desde al año 480 hasta el 547.

Las fuentes que nos hablan acerca de san Benito son: Los Diálogos de san Gregorio Magno y los 33 dísticos del poeta Marco. «Son tiempos difíciles aquellos en los que nace Benito y más difíciles serán aún los que le acompañen a lo largo de toda su andadura terrestre». Roma ya no es la cabeza de ningún imperio. Roma ya no es Roma. En la Iglesia han desaparecido las luces de astros refulgentes, como: San Ambrosio (397+), san Jerónimo (420+) y san Agustín (436+).

Su primera formación, Benito, la recibió en casa. Para la continuación de sus estudios, sus padres lo enviaron a Roma; acompañado de su nodriza. Roma era una ciudad con un ambiente demasiado profano, situación que desagradó a Benito.

Para el año 500 Benito debió partir de Roma. No por considerar malos los estudios, sino porque la vida de estudiante está llena de peligros, «huye por miedo a perderse enteramente en el temible precipicio de la ambición y de la sensualidad».

Acompañado de su nodriza deja Roma y se instala en Efinde (hoy Afile). Lugar en el cual, el santo obró milagros. Acciones que le hacieron ganar la admiración del pueblo, pero que también lo llevan a huir una vez más.

Esta vez abandona a su fiel nodriza y se aparta definitivamente del mundo, refugiándose en la gruta de Subiaco. Donde vivió por tres años y donde experimento: la vida solitaria estricta, la comunicación con Dios, penitencias hasta la extenuación; los peligros de la vida solitaria: tristeza, tentación, angustia; la presencia del demonio con todas sus falacias tentadoras. «Las etapas de la vida de san Benito después de su decisión de abandonar el mundo se van orientando progresivamente hacia una vida de comunidad».

Su fama de santo se divulgó por los alrededores y comenzaron a llegarle discípulos. Los monjes de Vicóvaro lo reclaman como abad, pero molestos por sus austeridades intentan envenenarlo, situación de la cual escapa milagrosamente y regresa a Subiaco.

Con un grupo nuevo de discípulos que recibió empezó a llevar una vida cenobítica. A los cuales, después dividió en grupos de 12 en 12 monasterios. Junto a su monasterio de San Clemente, Benito creó una especie de escuela donde él personalmente asumió la formación de los jóvenes, de entre estos sobresalen Placido y Mauro.

Mas por envidia e intentos de homicidio de un tal Florencio, sacerdote de una Iglesia cercana. San Benito con un grupo de monjes parte de ese lugar con destino a lo que será el gran monasterio de Montecasino, donde se instaló alrededor del año 529. Y  cerca de Montecasino fundó otro monasterio para su hermana santa Escolástica.

«Mas la importancia histórica de san Benito no está en la fundación de un monasterio en Subiaco, otro en Montecasino y un tercero en Terracina. El gran mérito de san Benito está en la composición de su Regula Monachorum».

La cual: «Después de mil quinientos años de su redacción, continúa animando el ser y el hacer de muchos hombres y mujeres que se han puesto en seguimiento de Cristo».


Fuente: Jesús A. Gomez, cmf, Historia de la vida religiosa, Vol. I, Publicaciones Claretianas, España, 1987, pp. 467-474.

jueves, 7 de marzo de 2013


Monacato Agustiniano

San Agustín, fue colocado como el iniciador de la vida monástica en la Iglesia del África Romana, tras su regreso a Tagaste en el año 388. Pero esto fue puesto en duda, cuando se presentaron datos sobre la presencia de monjes en las comunidades cristianas del África, antes del regreso de san Agustín.
Probablemente en la Iglesia norteafricana el ascetismo preparó el nacimiento del monacato. Tertuliano y Cipriano, en el siglo III dirigieron por el camino de la ascética cristiana a un gran número de fieles.

La Vocación de san Agustín

Nació en Tagaste (hoy Argelia), en el año 354. Es muy recordado el dato que durante su juventud se dejó arrastrar por las pasiones. Sus estudios los realizó en Cartago y desempaño su labor como docente en Tagaste, Milan y Roma. Durante su estancia en Cartago, tuvo un hijo al que nombro, Adeodato. En Milán conoció el cristianismo al cual se convirtió.

La ciudad de Milán, fue para san Agustín, el lugar donde experimentó el deseo de elevarse a una vida moral más pura. La lectura de la vida de san Antonio, escrita por san Atanasio, influyó en su conversión.


En su casa de campo de Casiciaco, surgió en san Agustín el ideal de: la concordia amada en común. Dios y el alma, la interioridad, conocimiento de sí mismo, de Dios y de la misión entre los demás.

Después de su conversión  y antes de su regresó a la África visita un monasterio en Milán. Y en el año 388 conoció otros monasterios romanos, de los que retomó algunos elementos para la fundación de sus monasterios.

Si primera vivencia en comunidad fue la casa paterna, que san Agustín transformó en una especie de monasterio. Y ahí permaneciódurante tres años (388-391), junto con unos amigos con los cuales practicó la oración, el ayuno, el estudio y la enseñanza.

En el año 391 en Hipona, san Agustín fue ordenado sacerdote. Con esta nueva responsabilidad su vida cambio de dirección, pero no cedió en su empeño de ser monje. Valerio obispo de Hipona, le proporciono los medios para que fundara un monasterio junto a la Iglesia catedral de esta ciudad.

La ordenación sacerdotal, modifico en cierto modo la vida monástica que el pretendía en Tagaste. Situación que provoco que su monasterio se transformara en un especie de seminario, del cual salieron varios obispos y presbíteros para las diferentes iglesias del norte de África.
Tras la muerte de Valerio en el 396. San Agustín le sucedió en la silla episcopal de Hipona.

Fuente: Jesús A. Gomez, cmf, Historia de la vida religiosa, Vol. I, Publicaciones Claretianas, España, 1987, pp. 323-331.



jueves, 28 de febrero de 2013


La vocación de san Pacomio
(292/294?-346)
Representante del monacato en Egipto

Es recordado hoy en día como uno de los magnos personajes de los primeros siglos cristianos. Ocupa un lugar entre los grandes monjes contemplativos. <<La atmosfera sobrenatural, para ellos era algo constante>>.

Nació en Sneh, comunidad situada a la orilla izquierda del Nilo, al sur de Tebas. El ambiente en el que creció fue el de una familia campesina, todavía pagana. A la edad de 12 años, y contra su voluntad, fue reclutado por el ejército del emperador Maximiliano, y llevado a Tebas. Lugar donde permaneció preso, junto con un grupo de amigos.

Fue también en esta cárcel donde tuvo su primer contacto con el cristianismo. Gracias a los habitantes de Tebas, quienes le alimentaron a él y a sus amigos. Actitud que cuestiono a Pacomio: “¿Cómo así estos hombres nos tratan tan humanamente si ni siquiera nos conocen?” “El gesto fraterno de estos cristianos, le harán comprender que el cristianismo es en su sustancia amor a Dios que se pone al servicio de los demás”.

Tras su liberación se refugio en la aldea cristiana de Seneset (actualmente Kasr-es-Sayad). Donde después de un catecumenado fue bautizado la noche de Pascua del año 313. Esa misma noche, en una visión Dios lo invitó a ponerse al servicio de los hombres, tal como lo había prometido en su estancia en la cárcel de Tebas. Y durante tres años ayudó a las personas enfermas y dolientes de aquella comunidad.

Después de este servicio, se sintió atraído por la vida anacorética. Y por mediación del obispo Alejandro, se puso bajo la dirección  de un santo anacoreta, que vivía en las inmediaciones de la aldea de Seneset. El nombre del anacoreta era Palamón, y él inició a Pacomio, “en la vida ascética y monástica: ayuno y trabajo manual, oración continúa, lectura y meditación de la Escritura, apertura del corazón y obediencia al anciano”.

Luego de siete años de formación, Pacomio, tuvo otra visión la cual determinó su vocación cenobítica: “Después de haber caminado 10 millas, se detuvo a orar en una aldea abandonada llamada Tabennesi a orillas del Nilo. Cuando una voz del cielo exclamó: Pacomio –le dijo- Pacomio, lucha, párate aquí, construye un monasterio, ya que muchos acudirán a ti, se harán monjes contigo y se sentirán espiritualmente beneficiados.

Al conversar esto con su maestro, este le confirmó que la voluntad del Señor, era que edificará una casa en ese lugar. Luego de superar un periodo de dificultades, a través de un itinerario interior, llegó a realizar su vocación a la Koinonía (vida en comunidad). En los monasterios por él fundados se formaron centenares de monjes.

En el 346 debido a una terrible peste el número de monjes diezmo. Y entre ellos se contaban también al fundador.

Pacomio, falleció el 9 de mayo del 346. Para esa fecha había 9 monasterios masculinos y 2 femeninos. San Pacomio es reconocido como fundador del cenobitismo y como el primero en formar una congregación.