El Feudalismo y el nacimiento de las Órdenes
Mendicantes
Ante
una excesiva relajación al interior de la Iglesia, Dios no se olvidó
de ella. Al contrario, hizo surgir las órdenes mendicantes. Las cuales buscaron
responder a la llamada del evangelio y a las necesidades de su tiempo. Fueron
sensibles en particular al desarrollo de la herejía, al movimiento urbano y a
la fermentación intelectual.
Las
órdenes mendicantes se llamaban así, porque en un tiempo en que los pastores de
la iglesia se enriquecen siempre más, los monasterios abundan en tierras y en
bienes, y la nueva burguesía de las ciudades se desvive por aumentar sus
ganancias, ellos hacen voto de perfecta pobreza. En un tiempo en que se ahonda
cada vez más la diferencia entre los grandes señores y el pueblo llano, ellos
predican la fraternidad cristiana. Su vida ya no depende de tierras de labranza
ni de rentas. Viven de la limosna. Ya no se llaman monjes, sino hermanos. Las
principales órdenes mendicantes fueron la de los dominicos y la de los franciscanos.
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