La Vida Religiosa en la actualidad
Los
discípulos de Jesús, son observados por las multitudes, ven cómo actúan frente
a los diferentes problemas que enfrenta la sociedad (sufrimiento, pobreza, explotación, guerras, etc.), escuchan cómo hablan, evalúan sus conductas.
En
los inicios los seguidores de Cristo fascinaban y la gente al verlos exclamaba:
“Miren como se aman”.
Sin
embargo, los hombres del nuevo siglo, ya no perciben en “los hombres de Dios”
esa presencia divina que actúa, y transforma lo natural en algo sobrenatural. Ya
no ven el rostro del Dios bueno y amoroso en sus embajadores. ¡Ya no es creíble
su testimonio!
¡La
sociedad de hoy, exige testimonio! Hablar de Dios, hoy implica conocer y vivir de
Jesucristo, para luego comunicarlo a los hombres, para responder a sus necesidades con nuestro apostolado, con nuestro testimonio. Tenemos que convertirnos
nuevamente en un medio creíble, que comunica ese mensaje de amor, de esperanza y de justicia, esa buena nueva que viene de Dios.
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